El surgimiento y desarrollo del parkour, en Francia, puede situarse en los años 80 y 90 (Ferrero, 2015), no siendo hasta la siguiente década cuando se expande a nivel mundial, llegando también a España alrededor del año 2000 (Um Parkour, 2012). Aunque esta disciplina cuente con menos de 25 años desde su expansión, ya ha causado interés en la comunidad científica, acumulando más de 400 investigaciones en diferentes ámbitos del conocimiento. De todos ellos, 67 son relacionadas con las ciencias de la educación. Este interés investigador en el ámbito educativo discurre en paralelo al aumento de docentes que integran el parkour en su programación. Ambas realidades pueden encontrar justificación en que el alumnado de la educación física actual demanda el aprendizaje de nuevos contenidos que se ajusten a sus intereses (Baena-Extremera, 2011; Suárez & Fernández-Río, 2012). La implementación del parkour en el aula de Educación Física es un ejemplo de la innovación de contenido que el docente puede hacer en aras de incrementar la motivación del alumnado (Yugueros & Jiménez, 2018). Por otro lado, las leyes educativas siempre han demandado la necesidad de trabajar contenidos de educación física en entornos naturales y, desde la LOMLOE, también ha quedado explicitada en su currículo la práctica de actividades físico-deportivas en entornos urbanos, haciendo mención directa al parkour (Real Decreto 217/2022). A pesar de todo ello, existen una serie de problemáticas a la hora de implementar este contenido, siendo la más significativa el desconocimiento de la actividad por parte de los docentes, no solo relativo a factores técnicos y gestuales sino al propio origen, esencia y sentido de la práctica. Es por ello que, esta infografía tiene como objetivo presentar Episteme Parkour (...).